Perderme para encontrarme. Aunque suene raro sentía que tenía que dejarlo todo. Perder el miedo a la soledad y enfrentarme a mi misma. Ser lo que soy y no lo que los demás esperan de mi. Desprenderme de todas las cosas materiales que condicionan nuestros días y vivir una aventura. Aún es pronto para saber hasta qué punto esta experiencia me cambiará, solo sé que lo hará, y es suficiente.
El jardín del Ángel, Madrid