sábado, 4 de noviembre de 2017

Abismo

Me siento afortunada. A pesar de que ahora mismo todo pende de un hilo, todo está en el aire y no sabemos lo que pasará mañana. Mi desorden mental y mi falta de conocimiento sobre la vida hace que sea un desastre como compañera de piso, y eso sin contar que apenas sé freír un huevo; por eso soy afortunada, porque tu haces todas esas cosas con una sonrisa y no te quejas aunque estés cansado. A veces hay que equivocarse. Lo sé yo, lo sabes tu y lo sabemos todos. Pero yo no creo que me esté equivocando, aunque desde fuera pueda parecer que sí. Y es que lo nuestro ha tenido un comienzo dispar, por decirlo de alguna forma...

Es aún mejor de lo que me había imaginado. La culpa es de mis colegas de la universidad, que siempre me contaban que discutían por la comida, y porque a alguien se le olvidaba limpiar el baño. Y, de repente, llegas tu. Y me siento más feliz de lo que jamás me hubiese imaginado, todo lo demás me da igual. Estoy en las nubes, llena de pasión, con unas insaciables ganas de ti, de tus besos, de quedarnos hablando horas y horas en la cama. Esperándote ansiosa, disfrutando con nuestras primeras veces, y poco a poco haciendo de este piso nuestro hogar.

Te debo una, porque, aunque no te lo creas me has salvado. De vivir, como la mayoría de las personas, una vida monótona, en la que pueden más los factores externos (como el dinero) que lo verdaderamente importante: los sentimientos. Que existen las locuras por amor, y que en realidad es lo más cuerdo que podemos hacer, apostar por el amor. 

Gracias. 

L.

Stranger Things, y su ambientación ochentera.