Como siempre, los días de lluvia invitan al retiro, a reflexionar, a respirar profundo y pensar en que el camino elegido es el idóneo para mí. A la luz tenue de una vela y un diminuto flexo de color rojo anaranjado, con una sudadera y una coleta, mientras consulto los periódicos y la Vogue, me recreo pensando en lo que voy a comer. La felicidad es un concepto demasiado amplio para plasmarlo en un post. Quizá no es hacer algo increíble todos los días, sino disfrutar de lo que hacemos cada día.
He encontrado en el deporte durante estos tiempos de cuarentena una motivación enorme. Y no solo me veo mejor, me siento más fuerte y con más energía. Solo se necesita un smartphone, una conexión WIFI y ganas. Ah, y una mat de yoga. En mi caso, me premio con algo rico después. Puede ser un snack saludable, una merienda más especial... Porque como he dicho, la felicidad es eso.
Como seres sociales, necesitamos de esa interacción diaria con nuestros semejantes. Y tampoco hace falta salir de casa para eso, gracias a las RRSS. A ver, ¿Qué cuesta un mensaje de WhatsApp a un amigo con quien hace tiempo que no hablas? Es bonito saber de alguien, sobretodo si no habláis hace tiempo, y si la vida os ha separado de una u otra forma.
No olvidemos que después de la tormenta siempre llega la calma...
