martes, 13 de mayo de 2014

El beso

Él la rodea de la cintura atrayéndola con sus manos... Ella no opone resistencia, obedece, sumisa, y aguarda el beso, respondiendo, primero tímidamente, para luego dar rienda suelta a su pasión y así, ambos se funden en uno

¿Quién no ha soñado con un beso así? Puedo imaginarme el sabor de ese beso, la intensidad, las ganas... Y es que, para mí, el secreto de un buen beso es ponerle ganas. Desearlo. Pocas cosas comparables a la electricidad que te invade los tres segundos anteriores al beso... Y pocas que suban tanto y tan rápido la adrenalina.



El beso


Hoy me apetece hablar de besos. Quizá sea porque ayer volví a ver esta imagen, la archiconocida fotografía de los dos desconocidos que se besan para celebrar el fin de la II Guerra Mundial, el símbolo de el beso por excelencia. Enfermera y marinero, desconocidos y famosos a la vez y para la eternidad.

No hay que buscar el momento perfecto, porque no existe. La magia también radica en la espontaneidad. A veces, esperando el momento perfecto, dejamos pasar muchos momentos perfectos. Tenemos que intentar vencer esos miedos, no dejar que éstos controlen nuestros actos. Desprendernos de nuestras inseguridades, de nuestra coraza, no quedarnos con el ...Y si...?. ¡Hay que besar más! 

Leyendo sobre el mítico beso me entero de que él, Glenn McDuffie, murió el pasado mes de marzo y ella, Edith Shain, en 2010. Ambos ya son leyenda.

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