Mientras tanto, en mi burbuja...
Durante nuestra vida nos cruzamos con miles de personas. Algunas nos repelen, otras nos atraen y la gran mayoría nos resultan indiferentes. Y los parámetros que rigen este sino son tan amplios como aleatorios, una especie de infinito al cuadrado.
Resulta frustrante descubrir que alguien que nos atrae y nos deleita con simplemente, sonreír no es para nosotros. La lección no es que hay más peces en el mar, ya que sería muy típica y poco útil. Quizá, simplemente, debamos focalizar nuestra energía en algo que siempre hayamos querido hacer. Un hobby, como aprender italiano o hacer ese viaje soñado a Perú. Sin olvidar que solo siempre es mejor que mal acompañado.
Hoy tenía que compartir este texto, porque me ha hecho reflexionar.
Qué difícil es amar a alguien a través del tiempo, construir una convivencia duradera que no termine siendo de algún modo tóxica. Amar sin caer en la rutina, sin achacar al otro nuestras propias frustraciones, sin devorar, sin tiranizar, sin empobrecerse, sin aburrirse.