viernes, 26 de diciembre de 2014

Indiferencia

Ésta es otra de las lecciones que la vida me tenía preparada: nadie muere por amor y, de verdad, el tiempo lo cura todo.

Y es que, después de adorarte durante lo que parecieron mil años, de sentirme la persona más desdichada del mundo, de llorar tu actitud hacia mi, me he dado cuenta de que me das igual.

Recuerdo momentos bonitos, pero eso es lo menos. El dolor que en otro tiempo sentía al verte ahora es una mezcla de indiferencia y de asco. Lo pasé mal pensando en lo que podía haber sido. Ahora estoy feliz, y con la conciencia tranquila, porque yo sí lo intenté.


Bansky


Por supuesto, en este juego del amor cada uno tiene su versión, y yo tampoco me quedo atrás, tengo mi parte de culpa. Pero martirizarme por los errores que cometí no cambiará el hecho de que nos hemos perdido, algo se rompió y no se puede pegar con loctite. Asumir esto me ha costado años, pero tenían razón: no hay nada como sentirse libre.

viernes, 19 de diciembre de 2014

Accidente afortunado

Serendipity, 2001

Aunque ya hace muchísimo tiempo que descubrí esta película, me sigue fascinando como el primer día. Algunos dirán que es otra comedia romántica más, lo sé, algo de eso tiene. Pero la idea sobre la cual se sustenta el argumento me fascina: hay algo (destino, o como quieras llamarlo) detrás de todo esto.

Siempre he creído que todo lo que nos sucede es por algo, que nada viene por casualidad. Quizá por eso nunca me canso de ver esta película, porque no creo en las casualidades y sí en el amor a primera vista.

Soy consciente de que nosotros también decidimos y que son muchos los factores que deben darse para que un encuentro casual llegue a algo más, por eso me siento afortunada. Porque nuestro encuentro casual no terminó con un número de teléfono en un billete y otro en un ejemplar de El amor en los tiempos del cólera. Por eso, y porque es casi Navidad quería compartir aquí una película perfecta para esos días de sofá y manta.

jueves, 18 de diciembre de 2014

El concierto

¿Por qué en plena edad tecnológica seguimos apretujándonos para ver a un grupo en directo? Un concierto es un acontecimiento único, en el que el grupo y los asistentes entregan una parte de sí mismos produciéndose un intercambio similar a salir una noche de copas. Es el acontecimiento para masas más íntimo que existe.

¿Alguna vez has escuchado una canción y, además de un cosquilleo por todo el cuerpo, has recordado algo o a alguien? La música posee esa capacidad de transportarnos a momentos y lugares así, sin previo aviso.



La llegada de los Beatles a Nueva York en 1964 resultó el acontecimiento de la década

Seguramente algunos de nuestros contemporáneos lo encuentren fascinantemente raro, y la mayoría de nuestros antepasados lo etiquetarían como suceso digno de estudio. Lo que ellos no saben es que, durante las dos horas y pico que dura el espectáculo, la sensación de complicidad y de conexión no se adquiere de ninguna otra forma. Es algo efímero y, por tanto, especial.

La emoción previa al concierto es comparable con pocas cosas; la expectación, la preparación mientras escuchas tu canción favorita y deseas con todas tus fuerzas que la toquen. Una vez terminado, rememorarás el concierto intentando recuperar el estado de calma, y soltando toda la adrenalina acumulada. 

martes, 16 de diciembre de 2014

Tu olor. Tu sabor. Tú.

Foto de National Geographic


No quiero darle más vueltas de las necesarias, odio hacerlo. Te adoro, y eso debería bastar. Sé lo que hay desde el primer día, sé lo que tengo y lo afortunada que soy por tenerlo. También que hay días malos y discusiones.

A veces las cosas no son fáciles, pero quiero saber que vas a contar conmigo para lo malo además de para lo bueno, y que vas a pensar en mi cuando necesites desahogarte o, simplemente, evadirte del mundo y no pensar en nada.

No me hago a la idea de no volver a besarte. Cuando me miras a los ojos me siento especial. Cuando me acerco a tu boca, noto una corriente de energía eléctrica, mis sentidos se agudizan y noto como mi cuerpo empieza a temblar... De placer, de nervios, de ganas. El calor que desprenden tus labios hace que mi temperatura aumente de forma exponencial, y el olor de tu piel es afrodisíaco. Pero cuando nos besamos... Uff. Cuando nos besamos el mundo se para, solo estamos tu y yo. Y lo demás, está de más.

Dedicado a  -A

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Discos "La Gramola"

Entre las tiendas de souvenirs, los restaurantes fast food y los carteles que anuncian todo tipo de eventos, no resulta fácil fijarse en este pequeño paraíso, esta reliquia viva y universal.

Es difícil saber cuánto tiempo lleva abierta La Gramola, que no necesita publicitarse por internet ni en la prensa local: se consolidó de boca en boca y constituye un ejemplo de la sabiduría popular, una tradición que pasa de padres a hijos.

A veces pasamos de largo ante las cosas realmente hermosas, la mayoría de ellas pasan desapercibidas debido a la saturación sensorial a la que nos vemos sometidos. Se nos ha olvidado la belleza de lo antiguo, el placer de tocar y oler los vinilos de segunda mano, la sensación de cercanía y calidez que transmiten los dueños de las tiendas de toda la vida...

Discos La Gramola, C/ Postigo de San Martín nº 4

viernes, 5 de diciembre de 2014

Lo esencial es invisible a los ojos

Pese a sentirme como una oveja descarriada, hay muchas cosas que tengo claras en la vida. Y son esas cosas las que me han ayudado a salir adelante en momentos difíciles, como éste. 

Sé que a primera vista puedo parecer frágil, pero en realidad no lo soy. Pertenezco a un grupo de supervivientes, mi generación. Hemos crecido sin principios ni objetivos, sin ganas de vivir pese a nuestra corta edadCuando se tambalean los pilares de tu vida, tus verdades absolutas, es difícil no sentirse desorientado o triste. 

La urbe absorbe las ilusiones de los que creen en un futuro mejor, y así consiguen enfrentarse al día a día. La crisis de valores se palpa en el aire; da miedo ver como las costumbres que se consolidaron en siglos caen en lustros.

Pese a todo, sé que lo lograremos, encontraremos nuestro lugar en el mundo. Y será, tal y como sucede con las cosas más difíciles, una aventura digna de contar.



Le Petit Prince, Antoine de Saint-Exupéry

jueves, 4 de diciembre de 2014

La Navidad a través del cine

Durante estas semanas, podremos disfrutar por televisión de la reposición de multitud de películas que se sitúan en estas fechas. La época navideña ha servido de inspiración y ha dejado para la posteridad algunas obras maestras y otras que, aunque no lo son tanto, nos emocionan hasta llorar sin importar las veces que las veamos.

Y como sucede con los langostinos o el turrón y los polvorones en mi familia es tradición ver la película que echen con la mantita después de la comilona. 

Son incontables las películas que tienen como escenario estas fiestas, algunas marcaron mi infancia y otras más recientes se han convertido en mis favoritas. Y aunque este tema da para innumerables entradas, para este post he elegido tres clásicas y tres más actuales. 



¡Qué bello es vivir! (It´s a Wonderful Life, 1946)



Home Alone, 1990



¡Vaya Santa Claus! (The Santa Clause, 1994)



Love Actually, 2003



The Holiday, 2006



The Nightmare Before Christmas, 1993

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Luces y sabores

Esta época del año no deja indiferente a nadie. Algunos la detestan, y otros la adoran. Dejando a un lado la publicidad, la Navidad es algo realmente mágico. Es tiempo hacer balance, de soñar, de compartir. De construir recuerdos, de arriesgar por amor, de emocionarse con una película. Quizá no estén las cosas para tirar la casa por la ventana, pero se puede ser feliz sin un duro en el bolsillo. 


Durante estas semanas, en las que las calles se visten con luces y el olor a canela invade cada rincón, te propongo un plan low cost por la capital: un recorrido por las calles y plazas iluminadas. Puedes empezar por La Puerta de Alcalá, y continuar por Cibeles para llegar a Montera, y desde ahí, a la Plaza Mayor pasando por Sol. Para reponer fuerzas después del paseo, lo mejor es unos churros con chocolate en una cafetería de los alrededores de la Plaza.

Plaza España, 2014

Y es que por muchos años que pasen, sigo emocionándome con los adornos, los villancicos, el olor a canela y a jengibre, y cuando veo a mi abuela preparar la cena de Nochebuena.