sábado, 4 de noviembre de 2017

Abismo

Me siento afortunada. A pesar de que ahora mismo todo pende de un hilo, todo está en el aire y no sabemos lo que pasará mañana. Mi desorden mental y mi falta de conocimiento sobre la vida hace que sea un desastre como compañera de piso, y eso sin contar que apenas sé freír un huevo; por eso soy afortunada, porque tu haces todas esas cosas con una sonrisa y no te quejas aunque estés cansado. A veces hay que equivocarse. Lo sé yo, lo sabes tu y lo sabemos todos. Pero yo no creo que me esté equivocando, aunque desde fuera pueda parecer que sí. Y es que lo nuestro ha tenido un comienzo dispar, por decirlo de alguna forma...

Es aún mejor de lo que me había imaginado. La culpa es de mis colegas de la universidad, que siempre me contaban que discutían por la comida, y porque a alguien se le olvidaba limpiar el baño. Y, de repente, llegas tu. Y me siento más feliz de lo que jamás me hubiese imaginado, todo lo demás me da igual. Estoy en las nubes, llena de pasión, con unas insaciables ganas de ti, de tus besos, de quedarnos hablando horas y horas en la cama. Esperándote ansiosa, disfrutando con nuestras primeras veces, y poco a poco haciendo de este piso nuestro hogar.

Te debo una, porque, aunque no te lo creas me has salvado. De vivir, como la mayoría de las personas, una vida monótona, en la que pueden más los factores externos (como el dinero) que lo verdaderamente importante: los sentimientos. Que existen las locuras por amor, y que en realidad es lo más cuerdo que podemos hacer, apostar por el amor. 

Gracias. 

L.

Stranger Things, y su ambientación ochentera.



viernes, 21 de julio de 2017

Presente (Homenaje a Chester B, de Linkin Park)

En verano y pese a que los días son más largos, escribo menos. La locura que envuelve a la propia estación me deja poco tiempo para pensar. Supongo que me gusta dejarme llevar.

Quiero dejar constancia aquí que Chester B., vocalista de Linkin Park se ha suicidado (supuestamente) esta noche. El cantante de uno de mis grupos favoritos se merece un mini homenaje... Les vi en directo una vez, y tuve oportunidad de volver a verles hace pocas semanas... Esto me va a pesar durante un tiempo...

Lo delicado de la vida, lo fugaz, lo efímero, lo jodidamente bello de lo irrepetible. Lo digo yo, sí, aunque luego me raye por cualquier tontería. Hay algo hermoso en luchar cada día contra el reloj, de decidir qué postergamos y cuales son nuestras prioridades.

Linkin es recordar buenos tiempos. Es perderme a altas horas con el coche por Madrid, con su música de fondo. Es Arturo, David y Pablo (entre otros). Son cervezas, juegos, risas. Es verano en un parque, pero también suena mientras recorro las calles de Madrid iluminadas en Navidad... Es Brighton, Amsterdam y Roma. Linkin Park soy yo, con dieciséis, veinte y veintiocho...

Ahora mismo suena Numb, la colaboración con Jay-Z en un directo de 2004...

jueves, 6 de julio de 2017

Despacito

Puede parecer un día como otro cualquiera, pero no lo es. Madrid ha amanecido lluviosa y ya sabéis lo que eso significa: jeans y gabardina. Habría pensado en lo feo que estaba el día, y en lo tedioso que me resultaba hacer cualquier cosa. Pero no, porque esa cosa era quedar contigo. Y lo de fuera podía ser lluvia, granizo o un tornado. Me hubiese dado igual.

16 calles, 2006.

En la cafetería, tranquilidad. Lo de siempre, pero mezclado con besos y caricias debajo de la mesa, por favor. Tienes ese no se qué en la mirada que hace que me ruborice, que me corte, que parezca que no tengo nada que decir. Pero sí, te diría mil cosas si me atreviese. Pero es más fácil hacerlo por aquí (al final, voy a tener más de crupier de lo que pensaba).

¿Cómo puede una mirada darme tanto calor? Necesito estar cerca de ti, tocarte, besarte. Disfrutar de esa sensación que tengo cuando estoy contigo y que me llena tantísimo, sin prisas. Dejar que me investigues con tus labios despacito, como dice la famosa canción, y que se haga de día si hace falta. Todo eso mezclado con tu voz. Tengo que confesar que son mi debilidad, y tú tienes una que me tiene en vilo. Quiero despertarme y acostarme con ella. Buenos días; te veo luego; hasta mañana. ¿Te parece que el tiempo que haga, o cualquier otra cosa, puede quitarme esta sonrisa de idiota que tengo mientras escribo estas líneas?. ¿Me estoy equivocando? No lo sé. Solo sé que nunca he tenido tantas ganas de equivocarme como esta vez.

sábado, 24 de junio de 2017

En las nubes

Me encanta estar contigo. Me siento como si te conociese de toda la vida. En paz, feliz. No tengo que aparentar, no me interesa para nada lo que pasa a nuestro alrededor. Cuando estoy contigo no importa el día que hace, ni lo que pasó hoy en el trabajo, ni tampoco lo que sucederá mañana. 

Como dice la canción de Fito, tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera. Tienes algo que hace que me sienta atraída por ti de una forma que me da miedo, porque no lo puedo controlar. Te he dado la llave, estoy completamente a tu merced. Lo peor de todo es que esa sensación me gusta. Estoy demasiado enganchada. Soy consciente de que puedes hacer lo que quieras conmigo, y me da igual. He aprendido que muy pocas veces alguien te hace sentir así. Y es precioso.

Quiero notar tus labios por todo mi cuerpo; sentirme frágil, nerviosa. Quiero que me hagas gemir, y que te tomes tu tiempo, que no pares aunque te lo suplique. Quiero aprenderme de memoria tus cicatrices y pecas, y que tu hagas lo mismo. Quiero despertarte a besos, quiero pelearme contigo, quiero desnudarte con prisa y sin prisa. Quiero todo contigo...



Quiéreme si te atreves, 2003

miércoles, 21 de junio de 2017

Descripción subjetiva

Después de tantos meses, de tantos hagan juego y de mil y una historias sobre ganadores y perdedores, creo que ya soy un poco crupier.

Si hace un año me hubiesen preguntado en qué consistía esta profesión, habría echo acopio de algunas películas relacionadas con los casinos; Oceans's Eleven, Crupier, Casino... Películas que cuentan cosas. Pero no a través de la descripción, sino de la sucesión de hechos (dicho sea de paso, hechos inverosímiles desde cualquier punto de vista).

Para mí, y digo esto con algunos nombres propios en la cabeza, un crupier es un actor. Alguien que cada noche, cuando se pone el uniforme, interpreta un papel y se convierte en alguien que no es. Delante de la ruleta está muy seguro; nadie sabe más de ese cilindro que él. No obstante, una vez se acaba la jornada laboral, el crupier es un chico tímido, amante de los videojuegos y que no sabe de qué hablar con una chica (¿Os acordáis de Stanley Ipkiss (Jim Carrey) en La Máscara?). Vive por y para su trabajo, no tiene vida social fuera del casino, bebe para olvidar y no distingue ya entre el bien y el mal.

No creo que nadie deje nunca de ser crupier. Hay algo en esta perturbable y oscura profesión que destruye a la persona que eras antes, pero que, de alguna forma, te convierte en superhéroe por unas horas y eso, puedo deciros de primera mano, engancha.



Croupier, 1998

jueves, 15 de junio de 2017

Sergio

Seguramente me odies por hacerte esto. No obstante, me siento en la obligación de hacerlo: además de ser alguien muy importante en mi vida, eres el que me animó a empezar este blog. El que me picó para que siguiera escribiendo, y todavía no tenías unas líneas en este modesto diario. Por eso, y porque creo que el mundo debe conocer al gran Sergio. Aquí van unas líneas para ti:

Eres de risa fácil, pero como ser humano de lo más complejo;
Te gusta la sobremesa con wisky y con historias verdes de por medio;
Te ríes de todo y todos, pero de ti más y con más fuerza si cabe;
Eres alguien que siempre se levanta cuando cae.

Sabes que la poesía no es lo mío, ni de lejos. Me falta esa satírica visión, ese punto de vista tan especial que tú tienes... Los seres humanos crecemos ante la diversidad, es por eso que nos llevamos tan bien, ambos damos nuestra visión de los hechos, cada uno a su estilo.

¿Te lo digo en prosa o en verso? ¡Gracias amigo!

Blade Runner, 1982

martes, 13 de junio de 2017

Uno más

Un brindis por mi aniversario; mi par de sandalias favorito; los tres ojos del pez radiactivo de Los Simpson; cuatro palos de una baraja; cinco minutos más; seis temporadas de Juego de Tronos (en julio esto ya no será verdad); siete jugadores de Póker; he visitado ocho países; yo nací un lunes a las 9AM; ¿quedamos a las diez?; me habré visto la serie de Friends once veces por lo menos; me pone Brad Pitt en Doce monos; hoy es martes trece; catorce tatuajes; las locuras de los quince; dieciséis lunares; se me ha olvidado la tabla del 17; cuando tenía dieciocho salía por Alonso Martínez; mi viejo Polo tiene diecinueve años; veinte dedos; veintiún calorías por galleta; veintidós con cincuenta en Mercadona; Michael Jordan jugaba con el 23; veinticuatro horas sin dormir; veinticinco kilos de músculo (¿qué te pensabas?); veintiséis besos te daba; veintisiete y vecinos; veintiocho años.


Michael Jordan y Scottie Pippen



lunes, 12 de junio de 2017

Turquesa

Cala Llombards, Mallorca


Por fuera, calma, silencio. Noto como los rayos de sol penetran en mi piel. La brisa del mar llega pausada, constante, como una nana que me adormece y relaja. Mis pupilas están dilatadas, el olor a sal también invade mi sentido olfativo. Me siento llena y no necesito absolutamente nada.

Decido sumergirme para ver lo que hay debajo. El color del mar va desde un turquesa claro hasta un azul oscuro en zonas de algas, la mayor parte de ellas próximas a las rocas. El primer contacto con el agua es rotundo, el agua está fría, aún estamos en junio.

Al principio, oscuridad. Después, todo lo demás. Comienzo a seguir un banco de pececillos de un color blanco tornasolado. Para mi, la definición de belleza. En mi camino se cruzan peces de distintos tamaños y colores; algunos tienen bigotes (¿quizá emparentados con las carpas?); otros un ojo falso justo antes de la cola, posiblemente para defenderse ante depredadores. 

Un mundo precioso, perfecto, nítido y salvaje bajo nuestros pies y nosotros sin saberlo... Maravillosa diversidad mediterránea que debemos proteger. Y luego dicen que el paraíso está en el Caribe...

domingo, 11 de junio de 2017

Fútbol y Lana del Rey

-Hoy no me gusta el fútbol. Hoy soy más de Lana del Rey-.

Jorge me mira, con sus ojos color chocolate, y esa expresión traviesa, y profunda como el océano, que me dice demasiadas cosas, cosas que con palabras nunca se atrevería a decirme. Tengo que confesar que su tranquilidad al pronunciar esas palabras me puso nerviosa y eso, como saben lo que me conocen un poquito, no es propio de mí.

¿Conoces esa sensación, de estar en un sitio, con gente alrededor mientras tu mente está en otro lado?

Era la final de la Champions, 3 de junio, Real Madrid contra la Juventus. Mientras se suceden los goles intento concentrarme en el partido, disfrutar de ese momento especial. Pero no puede ser. La voz de Jorge resuena en mis oídos, y cuando cierro los ojos me encuentro con su mirada, escrutándome como si pudiese adivinar mis pensamientos. Poniéndome nerviosa, haciéndome sentir más y más pequeñita. Como si volviese a tener quince años delante de un chico mayor... Y a la vez, pensando en todas las cosas malas que podríamos hacer juntos.



Born To Die, Lana del Rey, publicado en 2012

viernes, 2 de junio de 2017

frasespluscuamperfectas cumple tres años

Tercer aniversario (como pasa el tiempo, ¿no?). Toca hacer retrospectiva, leer viejas entradas, recordar posts que había olvidado, y hacer ejercicio crítico. 2016 no fue un año prolífico en cuanto a entradas, ni brilló por la calidad de las mismas, podía decirse que me encontraba en una crisis creativa, pero no hay excusas...

La diferencia de los primeros post a los últimos es notable, también el objetivo del mismo ha cambiado. Sigo sin querer agradar a nadie, pero quiero no caer en los mismos temas, proponerme retos y no simplemente plasmar mis pensamientos. Pese a lo imprevisible de los mismos, siento que he agotado ese estilo. Ello no quita, que al releer las primeras publicaciones se me escape una sonrisilla, es mi vida al fin y al cabo.

Son tres años llenos de experiencias, sintiéndome cada vez más pequeñita pese a que voy creciendo (también se acerca mi aniversario, pero eso será en un par de semanas), y cada vez tengo menos cosas claras y me vuelvo más inconformista. Poder plasmar aquí mis deseos y anhelos es sanador, es por eso que debo ser más constante e intentar darle un giro a cualquier idea que pase por el genial caos que tengo por cabeza...

La sensación de sentirte como en casa en un bar pasa muy pocas veces, los señores de Areia lo saben, por eso está lleno de sofás, camas, cojines. De mis favoritos, sin duda. Chin chin.


Areia, Calle de Hortaleza 92, Madrid

martes, 30 de mayo de 2017

Sentir

Los días pegajosos se agolpaban y cuando por fin aparecieron, lo hicieron todos de golpe. Por las calles de Madrid se podía notar el nerviosismo, y el olor a alcohol y a sudor se perdía junto al de comida rápida y basura. Yo lo notaba en los clientes del casino, la sensación de derrota se palpaba en el ambiente. Había desesperación, rabia y tristeza. Hoy no era día de Escalera Real de Color (véase post).

Mis vestidos, que tenían ese sentimiento de sí y no, esas ganas y ese miedo a la vez, querían salir del armario, pero el temor a salir de la zona de confort les frenaba.

Contigo no quiero hacer nada que ya haya hecho. Quiero sorprenderte en cada esquina, hacerte el amor con la mirada, hablar  de todo... La verdad es que no se me ocurre una cosa que no quiera que compartamos: miedos, risas, duchas...



El Diario de Noa, 2004

jueves, 20 de abril de 2017

Adiós Brown Eyes

En serio, ¿De verdad me estás diciendo que después de tanto queda tan poco?, ¿Que solo nos quedan esas conversaciones triviales sobre el tiempo o lo que vamos a hacer el fin de semana? ¿Que todo lo que sentiste se ha evaporado?

Los que me conocen saben que no soy así. Que no me da miedo lanzarme a la piscina por alguien que apenas conozco, soy muy de eso. Y reconozco que a veces sale mal, y que muchas veces acabo con el corazón roto y odiándome por ser tan boba. Pero también os digo que me encanta arriesgar, dejarme llevar y perderme con casi desconocidos por las calles de Madrid. Lo que pase mañana es otra historia...

Mi sentido común, que pelea y a veces gana la batalla contra el magma de emociones indomables que hay dentro de mí, me dice que lo deje estar, que hay cosas que acaban, sin drama y sin destrucción de los implicados. Pero resulta que eras tú... Y va a ser difícil reemplazarte. Pese a lo fugaz, pese a lo peculiar.

No pasa nada. Ambos estamos en ese momento. Tonteamos, nos divertimos, y nos será fácil olvidar. Y como ya nos ha pasado con otras personas, con el tiempo se nos olvidarán esos ratitos en tu cama, cuando me hacías sentir como si nada importase, como si no existiese nadie más, como si nos hubiésemos encontrado después de años buscándonos...


El Planeta de los Simios, 1968

jueves, 6 de abril de 2017

As de Diamantes

No importa si fue hace tres días o tres meses. Tampoco si las condiciones meteorológicas eran buenas, o por el contrario fuera llovía y hacía frío. Os voy a contar como sucedió, en el lugar en el que no importa la hora que sea, ni lo que pase en el mundo. Esta es la historia de la Escalera Real de Color.

En el Poker caribeño, las posibilidades de obtener jugada son escasas. No obstante, aún con jugada, hay que pasar otra barrera, que el crupier también ligue. Demasiado frustrante si ya te veías con esas fichas en la mano, si tu crédito dependía de esas cinco cartas, si era tu última esperanza.

La pareja de chinos de la que os voy a hablar es peculiar. Ellos no son ni muy simpáticos, ni muy jóvenes ni muy guapos. Tampoco, según puedo deducir por las cantidades que cambian en las mesas, muy ricos. Pero si son asiduos, eso si. Aquel día, como otro cualquiera, venían a pasar la tarde, sin muchas pretensiones, o quizá si, no podemos saberlo con certeza.

Cuando te falta una carta para hacer escalera de color, la posibilidad de que al cambiar se te dé esa carta es ínfima, ya que estamos hablando de que sólo vale una carta de las cuarenta y siete restantes, menos de un dos por ciento de probabilidades. De ahí el grito ahogado cuando la crupier descubrió el As de Diamantes. Era difícil, pero no imposible. Pero no acaba aquí la carrera de obstáculos. El segundo grito fue mayor, la pareja de chinos tenía alrededor a seis o siete colegas, que observaban atónitos. La crupier llevaba jugada, es decir, pagaría.

Esto, más que estadística, es magia.


Ana Karenina, Tolstoi, 1875.

L.

miércoles, 29 de marzo de 2017

El tipo de chico que me gusta

Me juré a mi misma que no iba a hablar más de mis hazañas amorosas... no por nada, sino porque no me creo con conocimiento suficiente para poder aleccionar a nadie (más bien lo contrario). No solo soy incapaz de seguir los consejos que les doy a otros, sino que, además parece que no aprendo. NO APRENDO.

Si me preguntan por el tipo de chico que llama mi atención no podría ser más franca: los que me dan problemas. Esos son, sin lugar a dudas mis favoritos. No tienen por qué ser altos o guapos, solo tienen que o tener novia, o tontear con todas. También pueden ser de esos que te hacen hacer cosas fuera de la ley o los que te dejan tirada para irse con los colegas.

Tú, que estás leyendo, me dirás -Claro, como a todas.- Pero la realidad es que lo mío es exageradamente imprudente. Si ahora mismo tuviese la potestad de encerrar a alguien en un manicomio, lo haría, a mi misma, y me aseguraría que nadie nunca encontrase la llave.

Tengo que decir que, pese a que he visto La boda de mi mejor amigo lo menos una treintena de veces, el viernes pasado la peli cobró un nuevo significado para mi... Estoy igual de loca que Julianne, la chica a la que interpreta mi queridísima Julia Roberts...

Tengo muchas cosas más que contar pero me voy a callar, ya que sino, vendrían a encerrarme (no es broma) y la verdad es que todavía me queda alguna más por liar...



La boda de mi mejor amigo, 1997.

lunes, 20 de marzo de 2017

Sobre lo que he estado haciendo los últimos meses...

Después de seis meses trabajando en el casino como crupier creo que ya puedo hablar con conocimiento de causa de algunas de las cosas que pasan allí (las más sórdidas que he visto en mis veintisiete años de vida, por cierto) y, sobretodo, me siento preparada para narrarlas, con una pizca de humor y otra de crítica...

Lo que sucede entre esas cuatro paredes es demasiado intenso, marca a trabajadores y a clientes por igual. He aprendido demasiadas cosas en estos meses sobre la vida, sobre las personas, las relaciones humanas, sobre el poder del dinero y sobre ricos y pobres...

Pese a llevar medio año trabajando, y pudiendo observar a las personas que acuden a saciar alguna necesidad enfrente de unas cartas o de una ruleta, sigo sin entender los motivos por los cuales resulta más entretenido ir al casino que al cine o a cenar. La mayoría se juegan mucho dinero a algo que depende del azar, algo que no sigue ningún patrón o variable más o menos previsible. Los clientes, que buscan descargar su frustración contra ti, porque tu eres el casino, pueden resultar de lo más cansino. No obstante, me regalan cada día momentos muy lúcidos y cómicos, y es que, cuando se trata del dinero, no existen apenas principios.

Me maravilla el hecho de que la bola caiga siempre en el número con menos fichas, o en el que no hay ninguna. No puedo hablar de porcentajes porque no es a lo que he venido, pero tengo que decir de forma rotunda que jamás iré al casino a jugarme mi propio dinero.

Para leer y ver sobre el tema...
-Veinticuatro horas en la vida de una mujer, de Stefan Zweig
-Casino, de Martin Scorsese


Casino, de Scorsese (1995)