jueves, 20 de abril de 2017

Adiós Brown Eyes

En serio, ¿De verdad me estás diciendo que después de tanto queda tan poco?, ¿Que solo nos quedan esas conversaciones triviales sobre el tiempo o lo que vamos a hacer el fin de semana? ¿Que todo lo que sentiste se ha evaporado?

Los que me conocen saben que no soy así. Que no me da miedo lanzarme a la piscina por alguien que apenas conozco, soy muy de eso. Y reconozco que a veces sale mal, y que muchas veces acabo con el corazón roto y odiándome por ser tan boba. Pero también os digo que me encanta arriesgar, dejarme llevar y perderme con casi desconocidos por las calles de Madrid. Lo que pase mañana es otra historia...

Mi sentido común, que pelea y a veces gana la batalla contra el magma de emociones indomables que hay dentro de mí, me dice que lo deje estar, que hay cosas que acaban, sin drama y sin destrucción de los implicados. Pero resulta que eras tú... Y va a ser difícil reemplazarte. Pese a lo fugaz, pese a lo peculiar.

No pasa nada. Ambos estamos en ese momento. Tonteamos, nos divertimos, y nos será fácil olvidar. Y como ya nos ha pasado con otras personas, con el tiempo se nos olvidarán esos ratitos en tu cama, cuando me hacías sentir como si nada importase, como si no existiese nadie más, como si nos hubiésemos encontrado después de años buscándonos...


El Planeta de los Simios, 1968

jueves, 6 de abril de 2017

As de Diamantes

No importa si fue hace tres días o tres meses. Tampoco si las condiciones meteorológicas eran buenas, o por el contrario fuera llovía y hacía frío. Os voy a contar como sucedió, en el lugar en el que no importa la hora que sea, ni lo que pase en el mundo. Esta es la historia de la Escalera Real de Color.

En el Poker caribeño, las posibilidades de obtener jugada son escasas. No obstante, aún con jugada, hay que pasar otra barrera, que el crupier también ligue. Demasiado frustrante si ya te veías con esas fichas en la mano, si tu crédito dependía de esas cinco cartas, si era tu última esperanza.

La pareja de chinos de la que os voy a hablar es peculiar. Ellos no son ni muy simpáticos, ni muy jóvenes ni muy guapos. Tampoco, según puedo deducir por las cantidades que cambian en las mesas, muy ricos. Pero si son asiduos, eso si. Aquel día, como otro cualquiera, venían a pasar la tarde, sin muchas pretensiones, o quizá si, no podemos saberlo con certeza.

Cuando te falta una carta para hacer escalera de color, la posibilidad de que al cambiar se te dé esa carta es ínfima, ya que estamos hablando de que sólo vale una carta de las cuarenta y siete restantes, menos de un dos por ciento de probabilidades. De ahí el grito ahogado cuando la crupier descubrió el As de Diamantes. Era difícil, pero no imposible. Pero no acaba aquí la carrera de obstáculos. El segundo grito fue mayor, la pareja de chinos tenía alrededor a seis o siete colegas, que observaban atónitos. La crupier llevaba jugada, es decir, pagaría.

Esto, más que estadística, es magia.


Ana Karenina, Tolstoi, 1875.

L.