jueves, 28 de agosto de 2014

Las relaciones (II)



No quiero dejar de escribir, es mi único desahogo. No quiero dormir, no quiero soñar. Siento que me persiguen mis miedos, tan arraigados en mí que ya forman parte de mi personalidad. Existe una palabra para definir como me siento: indigna. De alguien que me quiera, por eso me comporto así, dinamitando cualquier relación con alguien, porque siento que no lo merezco.

Quizá el error es intentar cambiar a las personas. Cada uno tenemos nuestras costumbres, más o menos arraigadas. Respetar el espacio de cada uno es clave para que no muera el amor. Él es feliz así, y seguirá siéndolo aún cuando yo me haya ido. 

Cada persona vive las relaciones a su manera. Para algunos es una salida, un alivio de su día a día. Para otros, es mucho más. Construir algo, formar parte de ese algo.

Hablar. De todo y de nada. Cosas que creía olvidadas, que se habían oxidado en mi memoria y cosas que jamás pensé contar a nadie por vergüenza, miedo o qué sé yo. Eso quiero.


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