martes, 10 de noviembre de 2015

Conectados

Me flipa que mi generación esté tan envenenada por las redes sociales, y creo que no me equivoco al utilizar el término envenenada. El hecho es, que una vez dentro, resulta muy difícil ver el daño, en pequeñas dosis (y a veces irreversible) que nos produce la total dependencia de las redes sociales (cada una diseñada específicamente para un target diferenciado, no me centraré en las causas sino en las consecuencias a grandes rasgos).

No creo que haya nada de positivo en fingir que llevas una vida perfecta.  No es positivo tampoco para los demás, que creen erróneamente que la suya es la única existencia miserable. Los perfiles de Facebook, con sonrisas y paisajes de anuncio, son la gran farsa que alimentamos, convirtiéndonos en los protagonistas de un Show de Truman (o debería decir Black Mirror) hecho a nuestra medida y por nosotros mismos. Sin disfrutar el momento, sin pensar en otra cosa que no sea deslumbrar a los otros.


Escena de un capítulo de Black Mirror


¿Evolucionamos o involucionamos? Uno podría pensar que las tecnologías nos dotan de más medios para ser más cívicos, pero la realidad es que nunca ha habido una generación menos consciente, menos humana. Me da miedo pensar a lo que podríamos llegar en unos años. 

No hay comentarios: