jueves, 7 de mayo de 2015

Somos intercambiables

Acostumbrada como estaba a tenerte, tengo que decir que desengancharme no ha sido tarea fácil. No creo que haya mayor droga que el amor, todos lo hemos sufrido. Ese mono, ese despertar amargo sabiendo esa persona jamás volverá, que toda la ilusión y el empeño no ha valido para nada. Que se acabó,  y que toca aprender a ser uno.

Olvidarme de ti significa romper con todo lo que hasta ahora tenía. Las decisiones no son ni buenas ni malas hasta que se miran desde la distancia. Quiero ser  consecuente, quiero ser adulta de una vez. No te puedo tener, pero eso no significa que no pueda disfrutar de una puesta de sol, de unas risas con amigas, de un paseo en bici o de un capítulo de friends. La otra cara de la moneda.

Friends, primera en el ránking de las sitcoms más populares

Cuando reflexiono acerca de nosotros, no puedo evitar pensar en el frágil lazo que nos unió, en que quizá el destino nos cruzó por algo o que, por otro lado, quizá fue algo imprevisto. Somos intercambiables, sustituibles, reemplazables. Para lo bueno y para lo malo, el instinto de supervivencia es más fuerte que las ganas de dejarlo todo e ir a buscarte.

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