miércoles, 9 de julio de 2014

Ella

Se arregló a conciencia, como todos los sábados por la noche. Mucha máscara de pestañas en los ojos, grandes y oscuros como la noche, y que decían muchas cosas a quien le dedicaba un poco de tiempo. El pelo largo, recogido en una coleta le caía con gracia por los hombros. Su cuerpo, de niña, y su baja estatura despistaban sobre su edad: en realidad ya estaba en mitad de la treintena. La sonrisa triste dejaba entrever una triste historia.

Frente al espejo y pese a que aún era bonita, notaba el paso de los años. Un antiguo amor le había arrebatado su juventud. Pensaba en eso mientras se perfilaba los labios, en ese tío que al irse, se había llevado toda su autoestima.

Un vestido negro nunca falla -pensó mientras ojeaba su armario-. Ella, que esta noche buscaba un poco de amor. Al llegar al bar no pudo evitar mirar a todas las veinteañeras con sus shorts y sus dulces rostros, lo que la hundió un poco más. El local era el mismo, los camareros, viejos conocidos también. Pero algo había cambiado, ya no se sentía como antes. Un par de Gin Tonics, unos bailes con su amiga y finalmente se acostó sola una vez más. Otra noche será.



Lana Del Rey

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