jueves, 17 de julio de 2014

Vuelve

Lo llenaba todo con su risa. Pero, como siempre pasa, he necesitado sentir esta soledad para darme cuenta de ello. La conocí una noche de verano, su piel blanca y sus zapatillas hicieron que me fijase en ella al instante. Su pelo, su olor, su carisma. Esa misma noche conseguí que durmiera, dos horas, junto a mi.

Ella llenaba mi casa. No os imagináis el vacío que me dejó. No duermo, no como, sueño con ella. Rebusco en los armarios por si apareciera algo suyo, y parase un rato ese dolor que siento en el pecho. No quiero hablar, ni siquiera con ella, porque no sabría si decirle Te odio o Te quiero. Ya me avisó que no me enamorara aquella primera noche...

Tenía andares de diosa. Y una boca perfecta que te envolvía y te transportaba lejos, muy lejos. Me gustaba la forma que tenía de afrontar las cosas, a veces parecía una persona de cincuenta años. Otras veces le entraba miedo y sólo se le ocurría huir. Vivía en su mundo. Creo que su forma de ser era el resultado de muchas noches de insomnio, y muchas heridas por amor. A veces me hablaba con voz de niña pequeña, melosa y risueña. Por favor, vuelve.

Paul Newman y Joanne Woodward

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