viernes, 21 de noviembre de 2014

Olvídate de mí

Después de tanto tiempo, apareces como si no hubiese pasado nada. Dices que te alegras de verme, y yo también, supongo. Hubo un tiempo en el que no me veía sin ti. Paseamos nuestro amor por las calles de Madrid, esas que luego me vieron llorarte. Creí que moriría, que no volvería a sentir lo mismo por nadie más, pero me equivocaba. Ha pasado mucho tiempo, y yo he vuelto a amar.

Fui una ingenua, pensé que regresarías, cabizbajo, rogándome otra oportunidad.  Que tus palabras eran verdad, que no eras sin mí, que me necesitabas. Pero nunca lo supe. Al menos, hasta hoy.

Ahora apareces como si nada y haces que mi pequeño mundo se tambalee. ¿Por qué ahora? ¿Por qué justo cuando empezaba a olvidarte? Ahora, cuando tengo cierta estabilidad. Algo de independencia, un poquito más de amor propio. Quizá no tenga el trabajo de mis sueños, pero ¿acaso eso no es una utopía y más a los 25 años?

Lo mejor está por llegar.

Todas nuestras decisiones tienen consecuencias. A veces no somos conscientes de ello, pero no os engañéis: que no sean inminentes no significa que no existan. Yo soy dueña de mis actos, por eso decido. Y decido olvidarte, pero de verdad. Pensar en hoy, pensar en mí y no en lo que pudo ser. 

Dedicado a F. y a todos los que están intentando olvidar y pasar página.


Eternal Sunshine of the Spotless Mind (¡Olvídate de mí!), 2004

No hay comentarios: