domingo, 19 de abril de 2015

Humana

Pues resulta que eso que pensaba que me mataría, no lo hizo. Desperdicié días soleados, perdí el tiempo. Descubrí que no hay nadie imprescindible, que estamos solos desde que nacemos hasta que morimos, que no se puede obligar a nadie a que te quiera, y que a veces, no caben nadie más ni en nuestro corazón ni en nuestra mente (hay que dejar marchar a algunas personas para que lleguen otras).

Aún sabiendo que son errores, sigo comentiéndolos. No quiero vivir mi vida a través de un cristal, sin dolor y sin emoción. Quiero equivocarme y superarme, lograr ser la mejor versión de mi misma, hacer las cosas por convicción propia y no por lo que los demás digan. En definitiva, vivir.

Nunca he estado más segura de que he escogido el camino correcto. El error que me llevará al acierto. Nadie dijo que fuera fácil, pero la realidad es que solo ante las adversidades es donde sacamos lo mejor de nosotros mismos.



Mi pequeño homenaje a la obra "El Principito" de Antoine de Saint-Exupéry.



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