miércoles, 22 de octubre de 2014

Escribir (para no pensar)

Tú, mi única liberación real, con la que regreso después de mis escarceos con las demás distracciones, pero que no consiguen aliviar esta sensación de vacuidad que intento controlar con éxito la mayoría de las veces.

Tú, mi forma de enfrentarme al mundo y de abrirme a él, la única con la que puedo ser yo misma y que me escuchar, sin juzgarme. De las pocas que puedo practicar en cualquier parte y que no necesita más que un papel y un boli (los sitios más raros donde la inspiración me obligó a escribir podrían dar para una entrada, o para más de una).

Tú, mi sustento. Cada uno elegimos nuestra forma de evasión. Trabajar todo el día para no pensar y llegar a casa justo a tiempo para ver la televisión hasta caer rendidos. Seguramente algo de tiempo libre te mataría: enfrentarse a uno mismo es algo complicado, el insomnio acecha, fruto de nuestro sentimiento de culpabilidad. Todos contribuimos a que la sociedad sea como es, y buscamos llenar nuestra existencia con momentos, momentos inmortalizados en nuestro móvil de última generación con 4g. ¿Suficiente? Hay días como hoy en los que me parece que nada es suficiente.

Canciones de amor para corazones con odio... Por amor al odio. R. Lechowski

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