jueves, 16 de octubre de 2014

Sonríe

Hoy me he sorprendido intentando convencer a unos desconocidos de la importancia de una sonrisa. No, no estoy loca: era una entrevista de trabajo. Y ahora, pensándolo bien, creo que no podría no sonreír durante un día entero, que incluso en los días más tristes, tenemos una razón para hacerlo.

Todos nos hemos levantado alguna vez con la sensación de estar viviendo la vida de otro, de estar atrapado, de no encontrar aliciente suficiente para enfrentarnos a ese día. Entonces, de repente, sucede algo que te hace reflexionar y pensar -¿Realmente tengo motivos para no sonreír?-. Y ya os digo que puede ser lo más banal del mundo, una charla en la cola del súper, en la del cine o en el ambulatorio (estoy segura de que se han fraguado muchas historias de amor esperando al médico). Algún día os contaré alguna... 

Dejando de lado los estudios que dicen que si ríes vives más y que una sonrisa ejercita todos los músculos de la cara, probemos a hacerlo para ver la reacción del que tenemos enfrente. Nuestro compi de curro, el vecino de al lado o cualquiera con el que nos crucemos. ¿Por qué no?



Foto de: http://pikatoust.wordpress.com/


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