miércoles, 21 de mayo de 2014

A veces, perder es ganar

La fiera de mi niña, 1938


Te perdí pero.. quizá fue lo mejor que me pudo pasar. Me he pasado muchísimo tiempo lamentándome por una pérdida. Demasiado. ¿Era racional? No. ¿Merecía la pena? No. ¿Era realmente feliz? No lo sé, pero no lo creo. Y no lo digo por despecho, ya no. Éramos muy diferentes, buscábamos cosas distintas (o, quizá, ni sabíamos lo que buscábamos), vivíamos momentos diferentes.

Contigo hubiera sido, a ratos, la mujer más feliz de la tierra. Otros, sin embargo, la más desdichada. Tú has nacido para ser libre, y yo, no me encadenaría a alguien que no fuera como tú. Sé que es absurdo, que nos volveríamos locos, que acabaríamos como los protagonistas de una novela trágica, que la rutina nos mataría. Los dos lo sabíamos, pero yo no tuve el valor de tomar la decisión, me aferraba a esa ínfima posibilidad. Contigo era todo tan fácil...

Ya no te busco por las calles, ni cuando paso por tu parada de metro. Ahora lo sé, no tenía que ser. Siempre pasa, ver las cosas desde la distancia es fundamental para  quedarte con el recuerdo bonito. Ya no hay odio ni rencor, sólo una pizca de nostalgia e infinito agradecimiento a la vida por haberme dejar compartir contigo esos meses.

¡Buen día! (Para ti también).
Laura

No hay comentarios: