jueves, 22 de mayo de 2014

El cortejo

El cortejo es mi parte favorita en toda relación sentimental (entendido como todo lo que precede al acto sexual). En Occidente tenemos la suerte de poder elegir a nuestra pareja y, como animales que somos, recurrimos a unos patrones de comportamiento de lo más interesante, raro y estimulante. Los rituales que preceden al apareamiento entre los animales no son muy distintos a los nuestros.

Durante las citas, las personas dejan entrever de forma más o menos consciente algunos aspectos de su personalidad. Unos buenos, otros no tanto. En el amor y la guerra todo vale, o eso dicen. Resulta divertido descubrir cosas que te gustan de la otra persona, y que hacen que te interese más y más (o al contrario). Dejando a un lado los estudios que nos dicen que los pechos grandes en ellas y el éxito en ellos atraen, ya que aseguran la continuidad de la especie, voy a dedicarle unas líneas a lo que yo considero uno de los mejores momentos en una relación: el primer beso.

Ese precioso y único momento. Ambos saben que va a pasar, están muy cerca el uno del otro. Los olores de cada uno se mezclan y los cuerpos comienzan a segregar, por orden del cerebro, las sustancias químicas correspondientes al acto de pasión que ambos experimentarán en los próximos minutos. Los dos se miran a los ojos, tensión sexual y nervios. Y ganas, muchas ganas. Lo que vendrá después, puede ser maravilloso o espantoso, pero eso nunca se sabe hasta que ha pasado. Feeling, creo que lo llaman. 




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