lunes, 5 de mayo de 2014

Primera entrada

Cada día, miles de pensamientos nos rondan, nos acechan, simplemente aparecen. Algunos, meramente informativos: tengo que comprar esto o lo otro, tengo que llamar a esta persona. Otros más trascendentales. No siempre se tiene boli y papel cerca para apuntarlos, o quizá vienen en los momentos más inoportunos, y, simplemente, los olvidamos antes de racionalizarlos.


Resulta irónico pensar que nos pasamos media vida buscando lo que realmente nos apasiona, y digo media vida pero en algunas ocasiones es una vida entera. Si la vida es un viaje, ¿Por qué nos empeñamos en hacer cosas que no nos llenan? ¿Merece la pena vivir así?

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