martes, 6 de mayo de 2014

Recuerdos

Ahora que te tengo delante recuerdo por qué desaparecí. Pensaba que eras demasiado bueno para mí. Y lo recuerdo porque me he sentido de la misma forma hoy. No has cambiado nada, tu pose y tu retórica sigue intacta, siempre sabes qué decir y cómo hacerlo. Eres un buen orador. Quizá es un escudo, o simplemente, te gusta llamar la atención. No se los motivos por los que adoptas esa actitud, pero a mí me abruma. Sigues siendo ese por el que lloré tantas noches, tantas.

¿Y yo he cambiado? 

Pensaba que sí... han pasado casi diez años. He vivido muchas cosas, he acumulado recuerdos en forma de anécdotas, he leído y he viajado. He aprendido algo de cada una de las personas con las que me he cruzado.

Pero... delante de ti sigo siendo esa chiquilla asustada. Y no te culpo por ser así, de hecho, de otra forma no me gustarías. A veces nos gusta lo imposible, lo absurdo, lo complicado. Ese factor imprevisible, eso que nos hace sentir vivos.



"Al final todo acabará bien y si no acaba bien es que aún no es el final" (El exótico Hotel Marigold, 2011)

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